A Coruña, ciudad singular, cuenta con dos faros que proyectan sobre ella su luz, convirtiéndola en guía de propios y foráneos: uno es la Torre de Hércules. ¿Y el otro?
A Coruña es una cuidad singular: cuenta con dos faros que proyectan sobre ella su luz convirtiéndola en guía de propios y foráneos. Uno, la Torre de Hércules, guía a los que a ella llegan por mar, evitando los abruptos riesgos del proceloso Ártabros que la rodea, evitando así el naufragio de sus naves. El otro, la Asociación de Artistas, ese gran faro que, desde el año 34 del siglo pasado, ininterrumpidamente la ilumina artística y culturalmente. Estos días se vistió de gala para recibir la obra de dos grandes de la pintura. Miguel Zelada y Antonio Cuadrado unieron sus saberes y al alimón hacen las delicias de los amantes del arte de Apeles. Cada uno desde su Atalaya nos muestran lo más granado de su buen hacer. Miguel Zelada nos traslada a un universo de colores suaves y atractivos, tiene a sus espaldas numerosas exposiciones, tanto colectivas como individuales, en cada una de ellas obtuvo merecidos reconocimientos. Antonio Cuadrado, poseedor de una pincelada regia y vigorosa, a la vez que una luz impresionista, se hace acreedor de buenos comentarios de los especialistas en la materia. Ambos creadores tienen tras sí una larga trayectoria; mostraron su obra no solo en su país; las ciudades de Oporto y París tuvieron la oportunidad de contemplar su trabajo, recibiendo por ello elogiosos plácemes. Hasta el 30 de marzo podemos visitar dicha muestra en la calle Riego de Agua 30-32 de A Coruña.