Pensé que no sería necesario, pero pasan los días y las cosas siguen igual o peor. Como deportivista me gustaría hacer un ruego público a la familia blanquiazul emplazando a unos y otros para que entre todos hagamos lo indecible por rebajar la tensión interna vivida en los últimos tiempos. Visto lo visto y quedando patente que la cosas no se arreglan solas, algunos añoramos que las partes implicadas continúen cuanto antes y con la mejor voluntad posible un acercamiento en pro de avanzar en la pacificación social. Esto aparte de necesario es importantísimo para nuestro Club.
Para facilitar dicha misión y limar asperezas todos debemos de hacer autocritica. Propongo que entre todos hagamos por ejercer de jueces de paz en busca de un mejor clima que ayude a afrontar las próximas jornadas de liga en un ambiente más cómodo para la plantilla blanquiazul. Llegó el momento de hacer las paces o cuanto menos de pactar una tregua hasta fin de temporada en pro de salvaguardar los intereses deportivistas. Las diferentes partes inmersas en el conflicto deben ser generosas con el objetivo de beneficiar y facilitar al equipo de nuestros amores el duro camino que nos queda por recorrer.
Debe prevalecer por encima de todo el bien de común. Es ahora cuando debemos hacer buena aquella distinción que nos hizo acreedores de la mejor afición de España. Espero que entre todos podamos demostrar una vez más que somos una gran hinchada.
Lo que debemos tener claro es que este divorcio existente entre las peñas, una aparte de la afición y el consejo de administración no conlleva a nada bueno. Cada parte defiende sus creencias y pretende hacerlas valer, pero por el bien de nuestro Real Club Deportivo de La Coruña deberían firmar una tregua y emplazarse a buscar una solución a fin de curso. Ahí es cuando se deben buscar soluciones y no en medio de una campaña donde nos jugamos un objetivo vital como es la permanencia del Deportivo en la máxima categoría del futbol nacional. Los únicos beneficiados de esta división interna son equipos como el Córdoba, Granada, Levante, Almería, Elche, Eibar y Getafe.
Si no tomamos medidas y seguimos dejando rodar la bola de nieve conseguiremos que esta se haga grande hasta que se estrelle al final del camino. Todo debemos asumir la responsabilidad de pacificar el Club a la espera de arreglar las desavenencias surgidas hasta el fin de curso.
Ojala en el próximo partido Riazor sea una caldera a presión engalanado en todas sus gradas como en sus mejores galas y con un telón de fondo donde todas las peñas ataviadas de sentimiento y indumentaria blanquiazul canten al unisonó un ¡Forza Depor!