Días pasados ante el Valencia en Riazor jugamos uno de los mejores partidos de los últimos tiempos, algunos pensamos que esto sería un punto de inflexión en lo que al juego se refiere. Verdaderamente aquel día nos hacia confiar en que la plantilla era lo suficientemente compensada para luchar por el objetivo de la permanecía y que el fútbol practicado prometía nuevas victorias. Incluso se conseguía ilusionar a una hinchada que no nunca se rinde, pero que si sufre, y mucho.
Pues bien, el gozo en un pozo al ver los horribles partidos jugados por el Depor ante el Español y ante el Getafe. Del viaje a Barcelona podemos salvar el punto cosechado, pero ante los madrileños el pasado viernes no podemos salvar nada de nada. Eso sí, debemos aprender de esta nueva lección, que visto lo visto no es tan nueva, pues llevamos desde principio de temporada sin saber a lo que jugamos. Espero confundirme en esto, pero pasan las jornadas y da la sensación de que el sistema de juego aun no lo hemos asimilado. Alguno jugadores se pierden y no se encuentran, otros no consiguen mantener la presión y la concentración necesaria, los chupones se creen que el balón es suyo.
Una de las asignaturas pendientes que tiene mucha nota que subir son la intensidad y actitud. Esta vez, creo que estamos todos de acuerdo, no hay quien pueda defender ni comprender lo ocurrido. Todo mal, es poco, un autentico desastre a la espera de que las líneas existan, algunos entiendan que hay que correr y chutar a puerta, pues es imposible ganar un partido sin disparar a gol.
Si hay algo que me duele es decir esto, pero no podemos ser autocomplacientes con nosotros mismos, y lanzar balones fuera apelando a la mala suerte o a otras causas. La culpa y la responsabilidad corresponden a la plantilla de profesionales y así lo deben entender. El míster, veterano en estas lides, debe concienciar a los suyos de que hay que trabajar y mucho desde ya, pues el tiempo pasa y los puntos que se van quedando por el camino no se pueden recuperar. Ser críticos con nosotros mismo y asumir responsabilidades nos puede ayudar a mantener la categoría.
Después de decir sin pelos en la lengua, pero muy respetuosamente, lo que pensamos muchos deportivistas, debemos seguir más unidos que nunca en pro de defender los intereses del Real Club Deportivo de La Coruña. Necesitamos hacer fuerte al club de nuestros amores y para eso debemos entender que aprobar en la próxima asamblea la ampliación de capital social y la permanencia en la máxima categoría del fútbol nacional son dos capítulos fundamentales para hacer bueno el plan de viabilidad del Deportivo. Esperemos que pronto dejen de pintar bastos. ¡Forza Depor!
Publicado by Fede G. Poncet en DXT Campeón el domingo 2 de noviembre de 2014.