Pues sí, parecía que ese día nunca iba a llegar. Pero ya está aquí. Es el día en que ya vemos la ciudad engalanada de blanco y azul, el día en que ya podemos decir que se respira el ascenso, el día en que todos hacemos planes para la noche del sábado, que hasta parece que la climatología va a acompañarnos para que nada empañe el festejo… en fin, el día que estábamos esperando y que parecía que no terminaba de llegar.
Lo cierto es que llevamos una racha de cinco partidos sin ganar y hasta es posible que terminemos la temporada con los siete últimos encuentros sin saber lo que es sumar los tres puntos de una tacada. Y subir a pesar de todo… Algún día nos acordaremos de todo esto y nos dará la risa.
Porque no nos engañemos, No hace mucho el que esto escribe se preguntaba si con 75 puntos iba a ser suficiente para lograr el ascenso. Pues bien, no solo son suficientes sino que ningún equipo va a llegar a ellos. Y hasta es posible que con 66 se pueda ascender. De locos.
También nos daría la risa si alguien nos dice a principio de temporada que lo mejor que nos puede pasar es que ganen Zaragoza y Mallorca los partidos de la jornada 41. Nos preguntaríamos ¿qué pasa? ¿Qué ya están ellos ascendidos o qué? Pues no, ni mucho menos. Uno sueña remotamente con meterse en la promoción y el otro está en una situación más que comprometida y a punto de descender por segundo año consecutivo.
Hemos vivido un año de aúpa. A punto de desaparecer en verano, empezando la temporada con sólo 17 futbolistas, muchos ellos subidos del Fabril, con una categoría donde el presupuesto más pequeño ya está en Primera, donde nos visitaron equipos como el Lugo, el Mirandés y la Ponferradina y los tres se fueron de Riazor sin encajar un tanto. Una temporada donde vamos a subir con la menor puntuación de la historia y donde, paradójicamente, hemos sumado más puntos a domicilio que hace dos años, cuando batimos todos los registros de puntuación. El año en que el “recuperado” Murcia (ocupó la plaza del descendido administrativamente Guadalajara) nos ganó los dos partidos. El año en que ganamos en Las Palmas pero ellos nos ganaron aquí, en que nos ganó el Córdoba y luego fuimos a su casa a ganarles nosotros. El mundo al revés…
Ha sido también el año en que nos encantaba llegar al final del partido para meter goles y así dejar buen sabor de boca a la afición. Le metimos goles en el último suspiro al Sporting, al Córdoba, al Zaragoza, al Castilla, al Alcorcón, al Hércules…
Pues nada, que ya sólo falta sumar un punto. Y el rival es el Real Jaen, con jugadores tan combativos como poco conocidos para el público en general. Parece fácil la empresa, tanto que hasta puede que nos ayuden desde otros campos, como lleva sucediendo toda la temporada. Y si no, pues no pasa nada. La semana que viene repetimos la jugada y malo será que no suceda.
No creo que nunca tengamos un objetivo tan sencillo como el de este año, pero no vale confiarse. Tenemos demasiadas cosas a favor, tantas que se puede decir que tenemos la obligación de no fallar. El ascenso está ahí, queremos celebrarlo por todo lo alto y no nos gustaría celebrarlo tras volver a fallar en Riazor.
Aunque eso sí, tal y como ha ido este año la Segunda División, casi que les diría que me importa un rábano el resultado del partido si el desenlace final es el ascenso.
NOS VEMOS EN CUATRO CAMINOS!!!