El Deportivo salió derrotado del Molinón la semana pasada. La noticia no tendría más trascendencia que la de un nuevo tropiezo blanquiazul si no fuera por la forma en que se produjo. Toda la semana recordando el nefasto arbitraje que sufrimos hace tres temporadas con aquellos discutidos penaltis que nos pitó Estrada Fernández, para que ahora vaya y nos vuelvan a pitar otro inexistente penalti en el mismo escenario –con otro árbitro, eso sí- y que el partido acabe en derrota. Yo no sé si Sporting y Deportivo militarán en la misma categoría en año que viene, pero de ser así, no les quepa duda de que el día que se vuelvan a enfrentar en el Molinón todo el mundo recordará lo sucedido en estos años anteriores.
Todo lo sucedido en la temporada 2010-2011 en Gijón no habría tenido mayor trascendencia si no se hubiese consumado el descenso al final de la Liga. Pero fue así y aquel partido pasó a formar parte de la historia negra del club coruñés. Ojalá este año no suceda nada parecido.
A lo largo de los años, han sido bastantes los episodios oscuros en el aspecto arbitral. Como expuse en otra ocasión, por mi edad, recuerdo sobre todo los que sucedieron en los años 80 y 90 y, lógicamente, los de las temporadas que llevamos de este siglo XXI. No tengo prácticamente ningún recuerdo del arbitraje de Pes Pérez en aquel encuentro contra el R.Burgos en la temporada 75-76, cuando los dos equipos encabezaban la categoría y que finalizó con el Deportivo a las puertas del ascenso al final de la liga.
Sí tengo en cambio más fresco el recuerdo de Caetano Bueno en aquel Deportivo – Palencia de 1983, cuando el equipo coruñés contaba los encuentros en Riazor por victorias y aquel día perdió por 0-2 tras ver como en la primera parte nos expulsaban a nuestros “galácticos” Traba y José Luis. Posteriormente, también Marro sería expulsado nada más empezar la segunda parte. Fue el año del tristísimo partido contra el Rayo en la última jornada. Aquel ínclito colegiado llegaría a arbitrar en Primera División unos años más tarde. Desde luego, los méritos no los hizo en Riazor.
Villena Peña, año 86. Las gradas del Carlos Tartiere repletas de coruñeses con la ilusión por las nubes en aquella penúltima jornada. Un triunfo podía certificar matemáticamente el ascenso sin esperar al último día. Pues no. A la media hora Silvi ya se fue camino de los vestuarios y el Deportivo que pierde por 1-0 tras un arbitraje para olvidar.
Y como olvidar al célebre Díaz Vega. Un año después de lo de Villena Peña, nos tocó ver como el que años después fue calificado el “número 1” del arbitraje pitaba un penalti cuando al céltico Alvelo le faltaba más de un metro para llegar al área. Gol de Baltazar en aquella liga interminable del mal llamado “play off” y otro año que nos quedamos en Segunda. El Deportivo había terminado en segunda posición tras los 38 partidos. Pero claro, ese año había invento federativo que prolongó la temporada 6 partidos más. Nunca más se volvió a ensayar aquel formato de competición, afortunadamente.
Más cerca recordamos a aquel árbitro catalán llamado Llonch Andreu, que recibió un golpe con una moneda de un duro lanzada por un chaval de 14 años al terminar el partido contra el Rayo en la temporada 96-97. Ese partido no supuso ningún ascenso ni descenso ni nada. El altercado se produjo cuando ya había acabado el partido, pero la gran actuación –teatral- del colegiado tirándose al suelo provocó el cierre de Riazor por un partido y la inhabilitación del presidente Lendoiro por haber acudido a la justicia ordinaria para evitar la clausura del estadio coruñés. No se trata de justificar aquel altercado, pero bien sabemos que en otros estadios se lanzaron monedas, botes, mecheros y hasta una cabeza de cochinillo y el cierre del estadio acabó en el limbo. Ni inhabilitaciones ni nada que se le parezca.
Hay muchos más casos, pero no es cuestión de repasar hoy toda la historia negra de nuestro club en materia de arbitrajes. Obviamente hay errores y hay que contar con ellos. Quizá esos árbitros simplemente tuvieron un mal día, o quizás no. Eso sí, la trascendencia de aquellos encuentros les hizo acreedores de un espacio poco grato en la memoria de muchos deportivistas.
2 comentarios en “Los arbitrajes del RC Deportivo”
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Recuerdo perfectamente estos malos arbitrajes, y concretamente en partidos decisivos para nuestros intereses.
En ocasiones simplemente se trató de un mal día del trencilla de turno. En otras, en cambio, sobraron las actitudes prepotentes y hasta chulescas de éstos. Por eso, muchos de ellos pasaron a la historia «oscura» del club blanquiazul.