Tengo que reconocer que mis ánimos deportivistas no están últimamente en su mejor momento. Posiblemente influya el hecho de que ya se haya terminado la temporada y no hay la posibilidad de olvidar la última derrota pensando en el siguiente partido, pero creo que el motivo real pueda ser la ausencia de noticias positivas, tanto deportivas como institucionales, que hemos recibido esta última semana.
La información del Deportivo está actualmente en un segundo plano. El fin de semana se inició con una gran noticia: el Liceo volvía a conquistar la Liga tras 20 años sin lograrlo. Parecía que volvíamos a la década de los 80, cuando el club más laureado de Galicia encadenaba Ligas, Copas, Recopas, Copas de Europa, de la CERS… mientras el Deportivo seguía con su interminable travesía por Segunda División. Ojalá el Liceo lo siga haciendo y ocupe las primeras planas de las páginas de deportes, pero lo del Depor no lo eclipsa solo la Liga del Liceo.
No se tienen novedades acerca del concurso de acreedores. Sólo se escuchan informaciones confusas acerca de las empresas del Grupo Deportivo. No se tienen noticias de nuevas incorporaciones al equipo, salvo algún escaso rumor. La plantilla solo cuenta con poco más de una decena de jugadores y, para más inri, los futbolistas más destacados vemos –día sí y día también- que pueden abandonar el equipo. Por si fuera poco, hace pocos días nos despertamos con la noticia de la desaparición de la histórica UD Salamanca –el equipo de mi abuelo- tras fracasar el proceso concursal en el que estaba inmerso… Todo noticias desesperanzadoras…
Pero algo tiene esta ciudad, algo tiene esta afición que siempre nos sorprende. A día de hoy, son casi 14.000 los socios que ya han renovado su carnet o se han dado de alta. Busco la misma información sobre nuestros vecinos del sur y veo que llevan poco más de 2000 renovaciones. Continúo indagando con otros equipos de Primera y sólo nos superan los grandes. Busco entre nuestros próximos rivales en Segunda y no hay color… Verdaderamente podemos afirmar con rotundidad eso de que esta hinchada nunca se rinde. Y eso es lo que a mí me devuelve la esperanza y la ilusión.
Allá por 1988, después del milagroso gol de Vicente, el Deportivo inició la temporada siguiente bajo aquel lema de “Camina o revienta”. No hubo más fichajes de inicio que los que subieron de la cantera. Posteriormente se incorporarían al equipo el brasileño Raudnei, que dio un buen resultado, y el uruguayo De Los Santos –bastante más discreto-. Terminó la temporada en el 10º lugar y llegando a la seminales de Copa (aquella famosa eliminatoria contra el Valladolid). Al año siguiente, con unos refuerzos modestos, pero que dieron un gran rendimiento (Sabin Bilbao y Martín Lasarte, entre otros) junto a otros que pasaron desapercibidos (Sredojevic, Batrovic y alguno más) llegamos a la promoción de ascenso. Un año después llegó el ascenso y se inició la historia por todos conocida. Un ascenso impensable tres años antes tras salvarse milagrosamente de irse a 2ªB y –quien sabe- si a la desaparición.
Esperemos que en los próximos días tengamos mejores noticias que permitan ilusionarnos. Los tiempos son difíciles y la temporada no va a ser fácil. Pero ya tenemos experiencia en estas lides y confiemos que poco a poco vayan arreglándose las cosas.
