Cuando mi buen amigo Fede me propuso colaborar con este maravilloso blog lo hizo apelando a los recuerdos que tengo acerca de la historia de nuestro RC Deportivo. Agradeciéndole, por supuesto, sus elogios, creo humildemente que son muchos los deportivistas que guardan grandes –y no tan grandes- recuerdos de las últimas jornadas de cada temporada. Siempre pensamos que lo que vamos a vivir marca un antes y un después. Y, no es por nada, pero en muchas ocasiones ha sido verdad.
Sin embargo, a pesar del encargo que me hizo Fede, tengo que reconocer que pocas veces he recordado hechos anteriores de la historia. Algún recuerdo destacado o alguna anécdota, pero poco más. Y el motivo es muy sencillo: estábamos en las últimas jornadas donde cada partido ganado llenaba de importancia al siguiente. Cada victoria lograda era un paso más grande que el anterior. Y la realidad es una: en 27 jornadas teníamos 17 puntos y en las 10 siguientes hemos sacado 18 más. Que donde había un equipo desahuciado ahora hay uno que es el único que depende de sí mismo. De nada valía andar contando historias del pasado sino pensar en el siguiente partido.
Y hemos llegado al último. Quizá pecamos de optimistas pensando que nos íbamos a salvar faltando una jornada. Pero qué narices, esa ilusión la teníamos bien alimentada y nos lo llegamos a creer. Llevamos ahora unas semanas de ilusión-decepción-ilusión-decepción-… salimos del descenso que teníamos a 9 puntos, perdemos en Pucela tras 7 semanas invicto, volvemos al descenso, ganamos al Español, volvemos a zona de salvación, perdemos en Málaga, seguimos fuera de peligro…y ahora toca culminar la temporada logrando lo que hace tres meses era impensable. Ya sé que esto lo he repetido más veces, pero es que es así. Esta salvación puede que la saboreemos más que el día que ganamos la Liga. Es lo que tienen estas cosas, que si ganas 1-0 en el descuento la alegría es doble que si marcas en el minuto 30.
Tenemos ya mucha experiencia en llegar al final de temporada con algo en juego. En 1980 nos fuimos a 2ªB ganando fuera el último día pero sin que nos favorecieran otros marcadores, al año siguiente subimos 3 jornadas antes contra el Pontevedra, en 1983 fue el de infausto recuerdo contra el Rayo, en 1987 aquel mal llamado play off contra el Celta a dos jornadas para el final, en 1990 aquella promoción contra el Tenerife, en 1994 y 2011 contra el Valencia con el título y el descenso en juego en cada uno de los años…
Y, obviamente, las alegrías: el título en 2000 contra el Español, el gol de Vicente en 1987 el día en que el portero del Racing, Alba, hizo méritos para desbancar a Zubizarreta de la Selección, el Villamarinazo de 1992 contra el Betis en la promoción, el ascenso del año pasado cuando llevábamos más puntos que nadie en toda la historia de Segunda… Por no hablar de las finales de Copa y Supercopa.
Este sábado debemos tener calma. Olvidarnos de si la Real se juega algo o no, olvidarnos de lo que hacen los tres de abajo en sus partidos. Que sean ellos los que se preocupen de lo que pasa en Riazor. Recordar que, desde que el Madrid ganó in extremis en Riazor, no hemos perdido ninguno de los seis partidos siguientes. Y si los otros marcadores nos favorecen, pues mejor que mejor. Si conseguimos tener la fe y la convicción del partido del Español, si el buen juego acompaña y si no nos puede la ansiedad, el éxito estará asegurado. No pensemos en nada más.
Este sábado tenemos fiesta en La Coruña a partir de las 11. Que no falte nadie! FORZA DEPOR!
5 comentarios en “Ante todo mucha calma”
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El próximo sábado a rememorar las grandes gestas, y una muesca más en el revólver y a hacernos grandes.
Hay que ser optimistas, creer en el si se puede, hay que ganar aunque sea haciendo trampa y entonar sin complejos y llenos de orgullo el Forza Dépor hasta la extenuación.
Personalmente me marco mucho el partido que nos privó del ascenso a la división de honor en la temporada 83 ante el del Rayo Vallecano.
El Racing de Santander siempre me trae el angustioso e imborrable recuerdo del histórico gol de Vicente Celeiro en la portería de general en mayo de 1988 que, aunque en el último momento, valió para mantener la categoría y comenzar con el lema “camina o revienta”. Además del gol del villalbés yo destacaría la sospechosa actuación del portero racinguista Alba que paró más que García Remón en Odessa. Pero como diría Arsenio, estaba escrito.
Sólo un apunte: he puesto que el famoso gol de Vicente fue en 1987, cuando lo cierto es que fue un año después. Hace poco conmemoramos el 25º aniversario de aquel hecho y aprovecho para dar la enhorabuena a Lois Novo por el magnífico artículo que escribió en El Ideal Gallego recordando esta efeméride.