El sábado nos quedan un par de horas de nervios para pasar a la euforia o a la desolación. Hasta ese momento, sólo ansiedad para que comience el partido. De los cuatro equipos involucrados en el descenso, el Depor es el único que depende de sí mismo.
Llegar a la última jornada sabiendo que la salvación se soluciona con una victoria y que además ese partido se juega en Riazor, es algo impensable hace tan solo unos meses. Pero también hay que reconocer que el rival de los coruñeses es el quinto clasificado de la Liga y está obligado a ganar para mantener vivas sus posibilidades de clasificarse para la Champions League.
De la Real Sociedad sabemos que el francés Montanier –uno de los entrenadores con mayor proyección de Francia- ha formado en dos años un equipo muy competitivo sin renunciar al compromiso con la cantera donostiarra. Se trata de un conjunto muy efectivo en ataque como demostró el pasado domingo contra el Real Madrid al que le pudo hacer un buen destrozo si no es por la inspirada actuación de Diego López. Su fútbol directo y vertical le permite mantener un promedio de 1,86 goles a favor esta temporada. Domina el ataque organizado pero también se siente cómodo si hay que jugar al contragolpe. La defensa quizás sea su línea más vulnerable debido a la tendencia de los laterales a sumarse al ataque. Esta temporada han promediado 1,70 goles en contra.
Contra la Real los coruñeses están obligados a imprimir intensidad al encuentro y manejarlo desde el principio. Evitar que la ansiedad se apodere de los jugadores y mantener la concentración al cien por cien durante los noventa minutos, serán las claves del partido.
El resto de equipos que luchan por la salvación se la juegan contra equipos que ya han cumplido sus objetivos y no pueden aspirar a nada más. En principio la grada de Riazor no tendría que estar pendiente del transistor para escuchar lo que ocurre en el Celta -Español, Zaragoza-At. Madrid o Mallorca-Valladolid. No es aconsejable encomendarse a la suerte de estos equipos y si conviene confiar en nuestras propias fuerzas para salvar esta temporada que tan delicada.
El adiós de un líder tranquilo
Y todo esto llega en el último partido de Juan Carlos Valerón, el jugador que ha sido capaz de reunir en torno a su figura el mayor consenso del fútbol nacional. Desde hace años que al Flaco lo despiden con aplausos en todos los campos de España. Nos deja en el recuerden su maestría en el campo, su cariño al fútbol, y el buen sabor de una gran persona que transmitía serenidad y tranquilidad. Gracias por todo Valerón.
Twitter: @pgarcia_ramos