Hoy toca felicitar a nuestro querido Depor por esos 110 años de historia que acaba de cumplir recientemente. A los que somos del Real Club Deportivo de La Coruña esta semana nos vinieron a la mente recuerdos imborrables que vivimos en primera persona, a la vez que volvimos la vista atrás repasando la historia de nuestro Club. Cada uno de nosotros y dependiendo el tiempo que nos tocó vivir señalamos un momento, un partido, un gol, un jugador o una explosión de júbilo u otra circunstancia como el momento Depor.
Es posible que algunos coincidamos en señalar los momentos o jugadores más importantes, a la vez otros señalaran otros. Es normal que los que no vimos jugar a Acuña, Luis Suarez o Amancio consideremos como mejores jugadores a otros que bien podrían ser Bebeto, Djalminha o Valerón.
Para conmemorar este 110 cumpleaños y echando la vista atrás me vinieron al recuerdo diferentes momentos. En los años ochenta los malos tragos fueron unos cuantos. De aquella época recordamos el partido que nos privó del ascenso a la división de honor en la temporada 83 ante el del Rayo Vallecano que enmudeció el estadio de Riazor durante por moito tempo. Pese al paso de los años, muchas generaciones tienen en la memoria aquella triste pérdida del ascenso a primera división ante los de Vallecas en Riazor, cuando el Deportiviño capitaneado por el grandísimo jugador de Esteiro José Luis Vara Olveira y el bruxo de Arteixo Arsenio Iglesias, se llevaba uno de los varapalos más duros que recibió la afición coruñesa hasta la fecha. La precipitación y ansiedad tuvieron mucho que ver en aquellas fechas. Un tiempo después viajamos a Oviedo en caravana los ya famosos niños del ascenso y no conseguimos el objetivo deportivista con aquel equipo que dirigía el recordado Chuchi Aranguren que nuevamente amargaba a una parroquia que aprendía nuevamente a sufrir. También en los años ochenta tuvimos que jugar la inoportuna promoción de ascenso que no existía hasta la fecha y tristemente coincidió cuando el Dépor había acabado la liga en puestos de ascenso directo. Creo que nuestros rivales de promoción eran Celta, Sestao y Logroñés. La fallida promoción de ascenso que disputamos con Eusebio Ríos en el banquillo blanquiazul nos hizo nuevamente llorar. También en los desgraciados años ochenta para el Depor fue la promoción jugada ante el Tenerife de Romel Fernández y la semifinal de la Copa del Rey ante el Valladolid arbitrada por Soriano Aladren hicieron que la afición deportivista creyeses que existían meigas. Por fin, una alegría para los que vivimos aquel gol de Vicente Celeiro en la portería de general en mayo de 1988 que, aunque en el último momento, valió para mantener la categoría y comenzar con el lema “camina o revienta”. Además del gol del villalbés yo destacaría la sospechosa actuación del portero racinguista Alba que paró más que García Remón en Odessa.
Otro día importante con sabor agridulce y que nos hizo fuertes fue el trágico penalti fallado por Djukic el 13 de mayo de 1994, en aquel fatídico partido en el que el portero González tiró por los suelos el sueño de muchos deportivistas.
Y partir de esa fecha llegaron alegrías y grandes tardes de gloria en el fútbol nacional que se plasmaron con cinco títulos oficiales como el primer Campeonato de Liga, dos Copas de S.M. el Rey y tres Supercopas de España. Los mismos fueron acompañados con grandes actuaciones en Championns League y la delicia de ver jugar a grandes jugadores de talla internacional con la camiseta blanca y azul. Las victorias ante el Machester o el Milan fueron el deleite de un Depor Campeón. Todo esto nos hace entonar en nuestro 110 cumpleaños y sin complejos un ¡Forza Depor!12