By Arturo Lòpez Petinal

Imagínese por un momento que usted tiene una deuda que va pagando como puede y que su acreedor decide embargarle su nómina íntegra hasta que recupere el total de su deuda. ¿Qué sería lo primero que pasaría por su cabeza? Posiblemente en lo que primero repararía es en qué va a hacer para comer usted y los suyos. Más tarde recordaría que las facturas seguirían llegando y no tendría dinero para pagarlas. Por supuesto ya ni se le pasaría por la cabeza irse a tomar una caña con sus amigos ni ir al cine ni cambiar de zapatos. Y ya ni se acordaría que ese utilitario que tiene a la puerta de casa de vez en cuando hay que echarle gasolina. En fin, que se sentiría ahogado, desesperado y sin saber cómo va a lograr salir adelante.

Sin ser un ejemplo del todo acertado, la situación en la que se encuentra nuestro RC Deportivo bien podía asemejarse a esta. No pretendo hacer ver que su situación es como la de tantas familias en España que lo están pasando realmente mal. Menos aún pretendo convencer a nadie de que al Depor hay que hacerle favores y a otras empresas hay que exigirles todo hasta el final, pero bien es cierto que con la situación actual, es muy posible que esté siendo peor el remedio que la enfermedad y que el embargo termine siendo un ahogamiento que -estoy seguro- nadie pretende.

Sin entrar a valorar los procedimientos tributarios que se han aplicado –por desconocimiento de ellos y por mi total confianza en su legalidad-, el intentar tapar el gran agujero que tiene el Deportivo con la Agencia Tributaria de esta manera, podría provocar que otros agujeros se hiciesen todavía más grandes: remuneración a la plantilla deportiva, al resto de personal, pago de suministros, etc… La producción de un club deportivo son sus resultados y, si estos son malos, las fuentes de ingresos mermarán considerablemente. Tenemos aún muy fresca la temporada pasada como para olvidarnos de que un Deportivo en 2ª División es infinitamente menos rentable que en la categoría que felizmente recuperamos esta temporada. Podemos tener la mejor afición del mundo y llenar el campo todos los domingos aunque el rival se llame Guadalajara o Alcorcón o el que sea, que los ingresos televisivos o de taquilla nunca serían los mismos si el rival se llama Barcelona, Real Madrid o Manchester United, al que confío volver a ver algún día de nuevo por Riazor, dicho sea de paso.

Es tiempo de aplicar el sentidiño. Hacer ver que entre el dame todo lo que ingreses y el no te pago desde hace mucho tiempo hay un camino intermedio que puede ser muy beneficioso para todos. El acreedor puede tener unas garantías mayores de cobro y el deudor conseguir un poco de oxígeno para poder conseguir esos ingresos. Es cuestión de poner todos un poco y buscar soluciones.

El Deportivo es de todos nosotros. Es nuestra empresa. La que más seguidores tiene en toda Galicia y las que en más de una ocasión nos ha dado esa alegría que nos ha hecho olvidar muchas penas. Es la entidad que muchos llevamos en el corazón y que lleva ese valor añadido intangible que todos sentimos y que no se puede valorar económicamente. Que lo de “más que un club” alguien lo acuñó para definir al equipo de su ciudad, pero que perfectamente lo podríamos aplicar también nosotros a nuestro RC Deportivo.

Confiemos en que todo se solucione pronto y que el sentidiño se imponga. ¡FORZA DEPOR!

Previous post «Temos moito respeto ós asturianos, a igualdade na liga é grande» Juan Copa (Adestrador do Patín Cerceda)
Next post Matías Pascual rescata un punto para el Liceo (5-5)

5 comentarios en “Sentidiño…

Deja una respuesta