Durante los últimos días hemos vivido una creciente y por lo que compruebo incesante marea de artículos publicados en distintos medios, donde la tinta y el sentimiento de color blanquiazul sin ningún lugar a dudas son los auténticos protagonistas.

 

Es una satisfacción comprobar la ilusión que todos y cada uno de nosotros mantenemos en el Dépor pese a lo difícil que esta siendo la temporada. Ni la resaca del golpe sufrido con el descenso y ni las múltiples lesiones sufridas, ni algunos temas que hoy no quiero tocar por ser un día de fiesta son capaces de acallar a una afición que como dice la canción nunca se rinde.

 

Es increíble que este cúmulo de circunstancias  no debilite a tan gran familia, y que una vez más nos hace fuerte ante la adversidad y anima a entonar orgullosos, al unísono y sin fisuras el ya celebre Forza Dépor.

 

La verdad es que los coruñeses confiamos ciegamente en nuestro equipo y lo demostramos, día si y día también, llenado las gradas de Riazor, que hoy en día y pese a estar en la categoría de plata muestran engaladas el color de las grandes citas que todos recordamos y añoramos. Estoy seguro que pronto volveremos.

 

Pues bien, después de toda esta muestra de deportivismo, es importante recordar que esta tarde noche, y después de mucho tiempo, visita el estadio de Riazor nuestro eterno rival gallego, el Celta. Los de Vigo, supuestamente y por oídas, vienen en un buen momento de juego, por lo cual y piensan en aprovechar esta oportunidad que les brinda la vida para saldar cuentas con una afición como la de Balaídos, que dicho sea de paso lleva unas temporadas apagada y triste.

 

Pero, si bien es cierto que los de Pontevedra presumen de estar en forma, el equipo herculino goza de un jugador numero doce muy potente. El numero doce ha conseguido una liga, dos copas del rey, tres supercopas y ha protagonizado grandes gestas en Europa, por poner un ejemplo las victorias en Campioms League ante grandes como Milán y Manchester. Por lo cual los meritos y la experiencia cosechada nadie los puede cuestionar. El numero doce tiene una fuerza parecida a la del recordado capitán José Luis Vara Olveira, la magia de mago Djalminha, la bravura y fuerza de Scaloni, la maestría de “O Neno” Fran, la puntería y habilidad de Bebeto, el gol de un Turu Flores que si estuviese hoy aquí nos obligaría a poner un uno fijo en la quiniela.

 

El campo estarán los que tiene que estar, pero a buen seguro el doce que no cambia de equipo, que no tiene lesiones y que participa en todos los partidos llevará a los once que estén en el campo en las misma volandas que llevo a los que hicieron grande al Deportivo a lo largo de los más de cien años de historia.

 

En fin, esperemos que al finalizar el partido el cielo no sea celeste, y si, nos muestre pinceladas de color blanco y azul que los muchos que no están con nosotros perfilaran en el cielo para que los que estemos aquí podamos leer Dépor Campeón y Coruña, Coruña, Coruña.

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