Cuando ya han pasado casi dos semanas desde el fatídico partido contra la Real Sociedad, vengo observando por parte de mis amistades que el tiempo de los balances y las lamentaciones ya ha se ha terminado. Que está muy bien eso de analizar las causas y pensar de si fue que llegamos con poca gasolina al final, de si tiramos algunos partidos al principio de la segunda vuelta, de si nos faltó alguna pizca de suerte en más de una ocasión… Todo eso ya es agua pasada y lo que preocupa ahora es el futuro. A algunos –he de confesarlo- nos cuesta todavía ir quitándonos el luto, pero poco a poco lo vamos haciendo.

Hasta he escuchado estos días que “no sólo ha bajado el Deportivo sino que también ha cerrado la Tintorería Mil Colores. Ya solo falta que nos cierren Motos Botana o rótulos Feca Neón”. Anécdotas aparte, no deja de ser una curiosa coincidencia en el tiempo lo del cierre de la famosa tintorería con el descenso del Deportivo.

Algunas de las personas con las que he hablado me han informado de lo difícil que está la situación institucional. Otras, en cambio, se han referido a los posibles fichajes que pueden llegar. Y es que cuando se acaba una temporada, el tema de los fichajes es lo más recurrente para cubrir la información deportiva, sobre todo para los equipos que no han cubierto sus objetivos –léase Real Madrid de esta temporada, sin ir más lejos-. En el caso de nuestro querido Deportivo se habla de un tunecino que no le fue bien allá por las islas británicas y que quiere volver, de un mallorquín que tampoco lo hizo nada mal este año en el Córdoba y que ya estuvo aquí muchas veces, yo pensaba también en un portugués que lleva cedido dos años y que ojalá nos lo dejasen otro año más (aunque parece que no pinta bien la cosa). Se habla de los dos porteros, de la defensa, de que Valerón ya no está…

No se está hablando de que vamos a ser el Madrid o el Barcelona de Segunda. Y es que, efectivamente, el potencial del equipo no va a ser el de hace dos años. Pero qué demonios, yo creo que tenemos una buena base para construir un equipo que sea uno de los principales candidatos para ascender de nuevo. Desconozco si los que tienen contrato se quedarán todos, pero pienso que con una buena pareja de delanteros (los nombrados más arriba, por ejemplo), unos retoques en defensa, los dos mediocentros canteranos que ya nos llevaron a Primera y esa adecuada apuesta por los valores del Fabril, el Deportivo será un firme candidato al ascenso. No hay por qué pensar que no puede ser así.

Ahora bien, lo que considero que es más importante es saber sacar provecho de nuestro mejor activo, que no es otro que Riazor. Las mejores temporadas del RC Deportivo han ido siempre acompañadas de magníficos resultados en los partidos de casa. Sucedió el año que ganamos la Liga (1 empate, 2 derrotas y 16 victorias), pasó también el año del ascenso de 1991 (1 empate, 1 derrota y 17 victorias), pasó lo mismo hace dos años… Hasta el año del fatídico partido contra el Rayo de 1983 y que tanto recuerda amargamente mi amigo Fede. Ese año ganamos 16 partidos en casa y sólo perdimos 3: contra el Murcia, contra el Palencia (nefasto arbitraje de Caetano Bueno) y el susodicho y desgraciado último partido contra el Rayo.

En Riazor juega siempre el mejor fichaje que haya tenido jamás nuestro equipo. Ese jugador número 12 que todos los años renueva su contrato con el equipo juegue en la categoría que juegue, que no le importa la posición en la clasificación ni si el rival que juega ese día es el Barcelona o el Barcelona B. Sólo le interesa su equipo y animarlo desde el minuto 1 al 90.

Gran parte de los puntos necesarios para volver a estar con los grandes los tenemos en casa. Son 21 partidos en casa, 63 puntos en disputa. Y es ahí donde tenemos que fijar el primer objetivo para el año que viene. Luego ya se verá cuantas cosas más serán necesarias.

FORZA DEPOR

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2 comentarios en “Riazor, divino tesoro

  1. Efectivamente. Poco antes de acabar el primer tiempo nos expulsó a Traba y a José Luis. Nuestro «bebeto» y nuestro «djalminha» de la época. Luego en el segundo tiempo echó también a Marro y ya quedó todo el pescado vendido.

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