Artículo by Fede G. Poncet en DXT Campeón el domingo 12 de mayo de 2013.

Debemos hacer bueno el dicho de agua pasada no mueve molinos y marcarnos como nuevo y único objetivo el próximo partido que disputaremos en Riazor el domingo día 19 de mayo a las cinco de la tarde ante el Español de Barcelona. No podemos permitir que nada ni nadie trate de irrumpir en nuestro punto de mira, debemos mantener la concentración necesaria para que nada nos desestabilice emocionalmente. No es bueno entrar en ese terreno embarrado donde precisamente nuestro señorío nos impide movernos como peces en el agua.

Nosotros a lo nuestro y el objetivo el Español, del cual dicho sea de paso guardamos un grato recuerdo tras la disputa de aquel último partido disputado en La Coruña de la temporada 1999-2000, cuando ante los catalanes confirmamos el triunfo de la única liga que lucen nuestras vitrinas.

No es momento de regocijarse o lamentase de los resultados obtenidos ante Valladolid, Atlético de Madrid, Betis, Athletic de Bilbao, Zaragoza, Mallorca, Celta y mucho menos mirar a lo que podemos considerar la lamentable primera vuelta de la liga, donde perdimos incomprensiblemente ante el equipos que hoy en día son nunca mejor dicho nuestros máximos rivales.

Acodarse a estas alturas de la liga del golaveraje, triples y dobles empates, etc. no es la solución, pues tenemos que ganar y sumar los tres puntos sea como sea para no llegar a última hora con los deberes sin hacer y que normalmente acaban bañados con lágrimas de cocodrilo.

Algunos árbitros por sus malas actuaciones nos han perjudicado, pero aun así eso no debe ser motivo de excusa para relajarnos amparándonos en causas perdidas. Nos vemos en la obligación de ganar, ganar y ganar los puntos en juego para enaltecer y agrandar nuestra historia. Vaya un último esfuerzo por aquellas almas blanquiazules que hoy no están con nosotros, pero que desde el más allá y como no podía ser de otra manera estarán empujando como uno más de la familia deportivista. Ellos son historia y se lo debemos.

Tampoco vale la pena empezar a acusar de compras, amaños y otras zarandajas como diría mi amigo el gran deportivista Arturo López Petinal, pues la historia también podría ponernos en nuestro sitio y hacernos pagar penitencias que están asentadas en la cuenta de haber. Algunos pasamos autentico bochorno ante actuaciones que eran sospechosas de rozar la legalidad y para eso no hace falta nada más que recordar y ver en video un increíble partido en que el SD Compostela arraso al Dépor en Riazor con un contundente y vergonzoso 2-6 en la temporada 97-98. Aquella tarde los grandioso internacionales deportivistas enfadaron a la parroquia deportivista ante la burla de la presente afición santiaguesas. Ese día los miembros de la hermandad gallega convirtieron a los coruñeses en el espíritu vivo de la causa, y por cierto, que alguno no supo aprovechar yéndose al pozo poco después.

Ahora no podemos mirar atrás, es momento de mirar hacia delante para lo bueno y lo malo que pueda pasar, pero entonando sin complejos y alegría el ya legendario Forza Dépor.

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