Mientras la Comisión Europea investiga las ayudas públicas a determinados equipos españoles, por estos lares el deportivismo deambula hacia una Junta de Accionistas que se prevé, por los menos, acalorada. Será el viernes en primera convocatoria o el sábado en segunda, en el pabellón del Colegio Santa María de Mar. También está previsto que acudan muchos más accionistas que en ediciones pasadas y no se descartan sorpresas.

El orden del día de la Junta Ordinaria es el habitual; lectura y aprobación, en su caso, de las cuentas, examen y aprobación de la gestión del Consejo y poco más. Mientras, la Junta Extraordinaria que se celebra a continuación tiene como único punto la aprobación del presupuesto para el ejercicio que finaliza el 30 de junio de 2014. Nada hace sospechar que de este envite salga un nuevo Consejo de Administración.

Sin embargo hay algún candidato empeñado en intentarlo por tierra, mar y aire, sin que ninguna de los tres ejércitos le esté dando resultado. Quizás estas intenciones hubieran sido más eficaces si se hubieran iniciado poco después de aquel fatídico 31 de julio y no entrados en el mes de noviembre, a escasa semanas de la Junta de Accionistas.

Independientemente de las intenciones del aspirante -buenas como las de todos los que han tenido el valor de postularse a la presidencia del RCD-, la proximidad de la junta de acreedores (segundo asalto), aconseja cerrar filas en torno al actual mandatario y que el Club acuda a esta delicadísima cita con el apoyo sin fisuras de los accionistas. A estas alturas no se atisba ninguna solución de urgencia que pueda tener un mejor resultado para el Depor. Ya vendrá en enero la elección de un nuevo Consejo (tercer asalto), pero a 20 días de la reunión con los acreedores, se impone la unidad, y, en este sentido, la actitud generosa de los candidatos puede ayudar mucho a unir al deportivismo.

En esa junta de acreedores se presentan dos convenios: el de Hacienda y el del RCD. El primero es extremadamente exigente en plazos y generosos en la rebaja, y el del Club propone menos quita pero valora la amplitud de los plazos como fórmula más asumible de amortizar la deuda.

No olvidemos que el 10 de enero no se va a negociar la deuda privilegiada, la principal amenaza del Club, sino que se votará la ordinaria, donde Hacienda no tiene más de cinco millones y, por tanto, menos votos. Todavía habrá tiempo para reunirse con la Agencia Tributaria y presentar un plan de pagos que permita hacer frente al privilegio, sabiendo que si ahogan al Club va a ser difícil que pueda pagar.

Se recomienda sensatez y unión en la Junta de Accionistas, muy necesaria para estabilizar al Deportivo y poder afrontar el duro camino que queda por recorrer. Forza Depor!

Twitter: @pgarcia_ramos

Artículo by Pablo Garcái-Ramos en DXT Campeón el jueves día 19 de diciembre de 2013

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