En situaciones de grandes catástrofes naturales, o inducidas por el ser humano (inundaciones, incendios, plagas, terremotos, tsunamis, volcanes, derrumbes y avalanchas, hambrunas, pandemias y desastres de todo tipo), es cuando más se hace notar la extraordinaria labor que, en favor de los más necesitados y desvalidos, desarrollan los Clubes de Leones en todo el mundo.

En nuestro entorno más próximo cabe resaltar las ayudas que, en forma de alimentos, mascarillas, alquileres, recibos de luz y agua, ropas, etc., prestan y han sido prestadas por los Clubes de Leones La Coruña-Decano, La Coruña-Marineda, La Coruña-Teresa Herrera, Club Leo Os Pequerrechos, Sada y Oleiros.

Precisamente de este último Club he recibido el mensaje que reproduzco a renglón seguido: “El primer fin de semana de mayo, como cada año, quisimos estar cerca de nuestros mayores en la residencia de Oleiros para celebrar el Día de la Madre. Esta vez no pudimos estar allí con ellos, pero les trasladamos nuestro cariño y se le entregó a cada residente un frasco de colonia. Además, donamos varias “tablets” para que pudieran comunicarse con sus familias”. Según mis noticias, una acción similar la llevaron también a cabo en la Residencia de Ancianos Torrente Ballester (primera fotografía), sita en la ciudad de La Coruña.

Y a nivel nacional es de resaltar la aportación de 150.000 euros que la Fundación Internacional de los Clubes de Leones ha aportado para la lucha contra el Coronavirus en España. Tal cual, se lo cuento.

La destacada y laureada poetisa gallega Olga Patiño Nogueira (en la segunda fotografía) ha publicado en “Facebook”, y también en su blog, un bello poema, titulado “No limiar da inocencia”, dedicado a la obra artística de la excelente pintora Rosa Guisán. Dice así: “No limiar da inocencia / albisquei un murmurio / de láminas transparentes / achegueime a elas con sixilo mudo / con tremor de música fuxidía / xa que os afiados ollos do destino / latexban cun ímpeto de incesante epopea”. Dicen que lo bueno, sí es breve, es dos veces bueno…. Y este es el caso.

Juan-Manuel Sánchez-Quinzá Torroja, Profesor Titular del Departamento de Economía de la Universidad de La Coruña y también de la Universidad Senior (que, por cierto, me remitió por WhatsApp una ilustrativa y preocupante fotografía sobre los peligros de llevar gel hidroalcohólico en el coche, por el riesgo de explosión e incendio debido al fuerte calor) escribió lo que sigue: “Estoy leyendo tus Partes de Guerra. Están interesantísimos. Es la forma de enterarse de todo. Gracias. Un abrazo”. Muy ilustrativa la información, Juan-Manuel.

Desde su excelente refugio de Mera-Oleiros (La Coruña), la pintora y escritora venezolana Ana-Isabel Leonett, escribió lo siguiente: “Gracias por tenerme presente en este último, «Parte de Guerra», ¡Ánimo, y a seguir con el mismo entusiasmo

y dedicación! Mil gracias”. Así lo hago, mi dilecta amiga.

También he recibido noticias de otra gran escritora, poetisa y cantante. Me refieren a la betanceira de origen y coruñesa de adopción y ejercicio Esther López Castro, que me ha remitido este breve mensaje: “Buenos días y muchas gracias. Quedó muy bonito el reportaje del parte de ayer”. Celebro mucho que te haya gustado, Esther.

Y ya que he mencionado el municipio de Oleiros, les comenté hace unos días que en el entorno de la Playa de Santa Cristina se estaban realizando una serie de obras públicas. La más importante, sin duda alguna, es el cambio de la superficie de buena parte de la acera del Paseo Marítimo, eliminando las tablas de madera que se pudrían con bastante frecuencia, sustituyéndolas por una especie de aglomerado de hormigón, de color marrón, con unas rayas que imitan las de la madera.

Y delante de mi casa, frente al local social del Club de Regatas de Perillo, están haciendo unas tareas menores que parecen “las obras de El Escorial” ya que llevan casi un par de meses para reponer unos registros en la calzada y arreglar parte de la acera que ha levantado las potentes raíces de las grandes palmeras que adornan el Paseo Maritimito. Es cierto que “las obras de Palacio, van despacio”, pero no tanto, vamos.

Turno ahora para los incluidos en el denominado “Grupo de Riesgo” del maldito Coronavirus. Y hoy se asoma a esta ventana informativa uno de mis más fieles lectores: José-Ramón Seoane Iglesias (en la tercera fotografía) que, al igual que muchos españoles (h-m), ha tenido que celebrar “enclaustrado” sus 77 años de edad, ya que nació el 29 de marzo de 1943.

Recuerdo que cuando, en noviembre de 1991, se puso en marcha la Policía Autonómica de Galicia, su primer Comisario-Jefe fue el coruñés Ramón Seoane Iglesias. La toma de posesión fue presidida por el entonces Ministro del Interior, José-Luis Corcuera (PSOE), y por Manuel Fraga (PP), Presidente de la Xunta de Galicia, y que Seoane permaneció en el cargo hasta marzo de 1997.

Seoane comenzó, en 1961, como Jefe de la Comisaría de Zumárraga (Guipúzcoa), y en 1962 llegó a La Coruña como Jefe de la Brigada de la Policía Judicial. Realizó Cursos de Especialización y Protección del Patrimonio Artístico Nacional, de Delincuencia Juvenil, y de Tráfico y Consumo de Estupefacientes. Participó en el Plan Territorial de Emergencias de la Xunta, y fue ponente del Programa “ECOS” de la Unión Europea. Desde su jubilación en el año 2008, como Comisario Principal del Cuerpo Nacional de Policía, colaboró con Protección Civil de Curtis, y fue nombrado “Embajador” de dicho Ayuntamiento, en unión de Alberto Núñez Feijoo.

Ramón vive en el castizo barrio coruñés del Montiño, entre Eirís y Los Castros, en compañía de su señora madre que en el próximo mes de agosto cumplirá nada menos que 98 años de edad. Me dijo que su progenitora se encuentra bastante bien, aunque con los problemas normales de su avanzada edad.

Me comentó que va resistiendo de la mejor manera posible, que carecen de perro o gato, y que ha llevado bien el duro confinamiento, haciendo las compras, atendiendo a la familia, y resolviendo una serie de asuntos que tenía pendientes.

Aunque cocina algunas cosas, cuenta con la valiosa ayuda de un voluntario policía que va a hacerles la comida a diario, salvo los fines de semana que compra un buen menú en una tienda que hay cerca de su domicilio.

Sale muy poco, aunque mantiene un fluido contacto por teléfono o por medio del WhatsApp con amigos y compañeros. Dice que le encantan mis “Partes de Guerra”, que considera un auténtico “Noticiario”, por los que se enteró del fallecimiento de Vázquez Liñeiro (que tiene un hermano policía), o de los avatares de Ánxeles Penas (que tiene familiares en Curtis), del periodista Juan Guillín, y de un largo etcétera.

Rematamos nuestra amena charla telefónica con una de mis frases más utilizadas: “Mientras el cuerpo aguante”. Pues que así sea, amigo Ramón.

Y finalizo por hoy. Prometo seguir dándoles más “Partes de Guerra”. Mientras el cuerpo aguante…. ¡¡¡Saludos y salud!!!. (Fotos: Lajos Spiegel)

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Un pensamiento en ““Parte de Guerra XLII”: gran labor de los Clubs de Leones, para paliar los efectos del Coronavirus

  1. Me ha gustado mucho este parte de guerra . Hablabas de gente que yo conocía como anxeles penas (creo que era compañera mía de oficina y de pintura) que cuando se jubilaron se fueron a vivir al campo. ¿no se si será esa ? pues la perdí de vista. Pasan los años…

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