Cuando yo comencé a estudiar, las “Enciclopedias” eran unas herramientas fundamentales para nuestra formación y consulta. Recuerdo que empecé con una “Enciclopedia Grado Elemental”, de Dalmau Carles Pla, y luego pasé a una de “Grado Superior”, del mismo autor y editorial, hasta que inicié el Bachillerato y cada materia (asignatura) tenía su propio libro.

A medida que avanzamos, surgieron mejores “Enciclopedias”, siendo la “Británica” la más notable. Durante años se publicaron algunas en fascículos, y las veíamos en salones, bibliotecas y despachos. Lo mismo que los diccionarios. Aunque he visto más de uno de esos volúmenes todavía con el papel de celofán que los protegía….

Enciclopedias y Diccionarios, a cuál más gordo y pesado, eran elementos de consulta por parte de muchas personas, sobre todo de las que por un motivo u otro escribíamos con frecuencia. A veces, resultaba muy engorroso su manejo…. hasta que llegaron la mundialmente famosa “Wikipedia”, que para mí es una herramienta totalmente imprescindible., a cuya excelente labor colaboro con mis aportaciones. Por cierto, desde el 2018 está presidida por la española María Sefidari, que es de Madrid.

Hace un par de días recibí este correo de Katherine Maher, directora ejecutiva de la Fundación Wikimedia: “Tu donación. Tu curiosidad. Tu Wikipedia. ¡Hola Roberto-Luis!. Me siento afortunada de ser la persona que te dé las gracias por tu donación, en nombre de un mundo de personas que buscan el conocimiento libre.

“Cuanto más hago este trabajo, más me doy cuenta de que no existe una experiencia única en Wikipedia. La curiosidad es tan diversa como lo son las personas y parece un poco diferente para cada una de ellas.

“Cuando utilices Wikipedia la próxima vez, espero que la sientas como algo que te pertenece cada vez más. Porque sin ti y sin el cariño y el apoyo de millones de personas que nos consultan cada día, no seríamos nada.

“Tu donación nos da impulso y nos permite llevar a cabo nuestro objetivo. Gracias por hacer que Wikipedia ocupe un espacio en tu vida. Muchísimas gracias.”. No hay de qué, Katherine, creo que es mi deber colaborar.

Cambio de tema. En relación con mi artículo sobre una publicación de Eduardo Toba Blanco, y sobre la fotografía que lo ilustraba, José-Ramón Mella escribió lo siguiente: “Recuerdo y conozco a varias personas de esa fotografía algunas ya fallecidas y otras casi desaparecidas pues hace mucho tiempo que no las veo. A los de mi calle los veo casi todos los días… Buenos recuerdos… Saludos”.

Siempre digo que una de mis frases preferidas es “La vida sigue”, afirmación que adquiere gran importancia en estos duros tiempos del maldito Coronavirus. Por eso me complace recordar que en la segunda decena de este mes han cumplido años: Paco Novo, pensionista; María Luisa Fandiño, farmacéutica; Ramón Núñez Centella, científico; María del Carmen Pérez Sánchez, jubilada; Xosé-María Palmeiro, periodista; Ernesto Vázquez Mariño, pensionista; Monseñor Julián Barrio, Arzobispo de Compostela; Cristina Pato, profesora de Música; Sabi Tarela, administrativa;  María Elena Pena, pensionista; Antonio Rouco, Cardenal; Chus Lestayo, actriz; Ramón Veras, médico; Rosa Vidal, tarorista; Juan-Ignacio Borrego, político; Susana Dans, actriz; Santiago Jaureguizar, escritor; Victoria Álvarez Acón, cantante; Carmen Posadas, escritora; Xesús Palmou, ex Conselleiro de la Xunta de Galicia; Beatriz Sestayo, abogada y política; Juan Galdo, pintor y Xavier Alcalá, escritor. Les reitero mi felicitación, con el deseo de poder hacerlo muchos años más.

Continúa la sangría comercial y turística en la coruñesa Playa de Santa Cristina. Si no hace mucho les informaba de los cierres de la Pizzería Margarita, La Forja (la segunda fotografía recoge el momento de la retirada del rótulo), El Huerto, Bitácora, La Bodeguilla…. Ahora le tocó el turno a “Casa Pilar”, restaurante en el que yo acostumbraba ir a comer una vez a la semana. Desde que Geluco García, ínclito alcalde de Oleiros, le puso la pata encima, Santa Cristina no levanta cabeza. ¡País!.

Me encanta que mis lectores (h-m) me adviertan posibles errores en mis artículos. Por eso agradezco a la destacada pintora Rosa Guisán, la observación que me hace en torno a la “Mostra 2020 de ARGA”: “La artista que impartió el taller de encuadernación es Rosa Martínez, no Suárez. Suárez es su segundo apellido, pero artísticamente se le conoce por el primero”. Dicho queda, querida Rosa Guisán, y que me disculpe Rosa-María Martínez Suárez, que tal es el nombre completo de la artista.

Hace unos días les comenté que el reputado abogado coruñés Manuel Estévez Mengotti había sufrido un pequeño toque en su salud, que por suerte se quedó en un susto, cosa que celebro, a lo que apostilló: “Ya lo vi porque te leo todos días y me animo mucho viendo tu extraordinaria actividad Un abrazo”.

Como responsable del grupo RACA 28 de Artillería, al que tengo el honor de pertenecer, Carlos Brea escribió lo siguiente: “Muchas gracias a nuestro Oficial de Complemento instruido en Monte la Reina y destinado en el acuartelamiento de Atocha como Alférez, mi padrino Roberto Luis Moskowitz-Spiegel Pan por esta excelente reseña, cuyo mérito literario total es para nuestra gloriosa Legión Española”.

Desde Valencia, y por este medio, Pilar Gómez García le remite este mensaje a la pintora ferrolana Manuela Castro: “Manuela me encantaría conocerte. ¡Voy a estar en septiembre en La Coruña, y podríamos conocernos! Un abrazo”.

Finalizo por hoy. Prometo seguir publicando más crónicas de esta “Nueva Normalidad”. ¡¡¡Mientras el cuerpo aguante!!!. (Fotos: Lajos Spiegel).

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