No ha tenido suerte. Esta temporada, o mejor dicho, esta segunda vuelta iba a ser la suya. La que definitivamente tomase la manija del equipo y lo liderase hacia el ascenso. Ya no estaban ni Guardado ni Valerón ni Riki ni otros tantos. Encima este año la Segunda División no tenía la calidad de hace dos años con lo que iba a destacar más que nunca. El año que viene ya se vería. Todos querríamos que siguiese, pero eso ya no dependería ni de él ni del Deportivo.

DiogoSalomao se lesionó el fin de semana pasado en un lance fortuito del juego. Como casi siempre. Un giro de lo más normal y adiós ligamento. Al principio todos teníamos la esperanza de que no fuese más que un susto o un simple esguince… Pero no. La mala noticia llegó al día siguiente tras el examen médico. Las peores palabras que oímos cuando se lesiona un jugador: “rotura del ligamento cruzado”. Eso significa siempre un adiós a la temporada independientemente de en qué jornada estemos. El caso es que ese es el diagnóstico que se ha llevado nuestro Salomao y que pone fin a esta brevísima tercera etapa del futbolista en La Coruña que ha durado poco más de un mes.

DiogoSalomao fue de los primeros fichajes del Deportivo 2011-2012. Venía cedido por el Sporting de Lisboade la mano de Jorge Mendes. Pronto demostró que las referencias con las que se había presentado eran ciertas. Tenía mucha velocidad, desborde, regate y un buen disparo, aunque no fuese un goleador. Su puesto era el de extremo por la izquierda.

Se hizo con la titularidad al inicio de la Liga debido a la lesión de Bruno Gama. Comenzó el campeonato en la banda derecha pero entendiéndose muy bien con Andrés Guardado intercambiándose constantemente sus posiciones. Fue uno de los futbolistas que marcaron las diferencias en la liga. En la jornada 10 ya llevaba 3 goles en liga y uno en copa, ante el Girona de nuestro Dani Mallo. Sin embargo, a partir de la segunda vuelta fue perdiendo protagonismo y su papel se limitó al de revulsivo en las segundas partes, en las que jugaba los últimos 15-20 minutos. A pesar de todo el balance resultó muy positivo y se intentó una nueva cesión para el siguiente curso en Primera División. Sobre todo sabiendo que Guardado abandonaba el Deportivo al final de temporada.

El año pasado su concurso fue menor debido principalmente a las diversas lesiones que sufrió. Para el recuerdo queda el gol que le marcó a nuestros vecinos del sur tras un desmarque espectacular y una gran definición ante el portero Javi Varas. Al final, Salomao participó en apenas 14 partidos. La mayoría de ellos en la segunda parte del campeonato y casi siempre saliendo desde el banquillo.

Este era su año y lo estaba siendo. La misma semana de su llegada al Deportivo ya fue convocado para el partido de Córdoba y ya debutó (por tercera vez, pero debut al fin y al cabo). Bastaron unos pocos minutos para recordarnos la extraordinaria calidad que tiene en sus botas. El día del Sabadell más de lo mismo: si no fuese por su excelente zapatazo que abrió el marcador es posible que el partido no terminase de la manera que lo hizo. Por fin teníamos a nuestro “desatascador” de partidos.

Pero nada, toda una primera vuelta añorando tenerlo de nuevo entre nosotros y en poco más de un mes ya nos despedimos de él. Algo tiene este chaval que parece que ha calado hondo entre nosotros y esta lesión nos ha afectado de manera especial. Le echaremos de menos en el campo y él también lamentará no poder estar ayudando una vez más a conseguir el ascenso. Ojalá el año que viene –en Primera si Dios quiere- podamos contar de nuevo con sus servicios. Al fin y al cabo, y tal y como él ha dicho en su carta de despedida, él quiere que el fútbol le dé “otra oportunidad de regresar algún día a MI Deportivo”.

Que tengas una pronta recuperación, Diogo. Hasta pronto.

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