Artículo by Fede G. Poncet en DXT Campeón el domingo 29 de diciembre de 2013.

Llegó el día, que algún día tenía que llegar. Y el pasado martes víspera de navidad y día de noche buena, el actual presidente deportivista Augusto César Lendoiro anunciaba que retiraba su candidatura a la presidencia del Real Club Deportivo de La Coruña. Tras veinticinco años al frente del equipo blanquiazul, el presi, así lo llaman los más fieles, ha decido dejar la dirección del Dépor y dedicarse a otra cosa. El anuncio de Lendoiro se hizo efectivo en una rueda de prensa que convocó con carácter de urgencia en la sala de Riazor en la que hizo buenos los rumores surgidos en las horas previas. No hacía falta ser un adivino para calcular que ese día Augusto iba a dar una noticia importante y que sin lugar a dudas marcaria un antes y un después en la historia del Deportivo.

Desde ese mismo momento las redes sociales no se hicieron esperar y como si de un directo se tratase hicieron eco de las primeras palabras que allí pronuncio el presidente, que rezaban “No hay que dividir más. Estamos haciendo lo que entendemos que es mejor para el club, no para nosotros”. Estas palabras fueron la antesala del presagiado  anuncio de retirada de la candidatura que el mismo lideraba.

Augusto se va sin condiciones y sin ningún tipo de pacto, pero quiere hacer un último servicio llevando directamente las negociaciones con la junta de acreedores y plasmar un convenio creíble y beneficioso para el club blanquiazul. Esto, por unos está bien visto, pues son conocedores de la agilidad del presidente para negociar y otros no entienden que alguien al que consideran responsable de la actual situación sea el más adecuado para negociar un convenio que en un futuro defenderá otro consejo de administración.

El deportivismo espera la firma de un convenio y mira de reojo un pronto e inminente proceso electoral en donde los accionistas tendrán la palabra. Otro de los grandes objetivos, quizás el principal, es volver a la máxima categoría del fútbol nacional y en esto deben de esmerase los candidatos pues el actual mandatario no tiene en mente participar de la gestión de refuerzos. O sea, los aspirantes al sillón presidencial deberán sacar de la chistera una lista de posibles fichajes en forma de refuerzo para ganarse la confianza del aficionado que está un poco cansado de un proceso donde los malos modos de algunos son la tónica predominante. Esperemos que alguno no se rasgue las vestiduras cuando le pase lo mismo en carne propia. Una vez más la brillante afición deportivista no admite el “vale todo” y desea que el señorío forme parte destacada de un proceso que se hace un poco largo.

Lo que será muy importante es el que todos rememos en el mismo sentido y defendiendo con uñas  y dientes un convenio ejecutable, y que apoyemos como hemos hecho con Augusto Cesar Lendoiro al nuevo encargado de dirigir al Depor. ¡Forza Depor!

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