Pablo García-Ramos Macho

La semana pasada se nos iba con 85 años Jesús María “Fefé” García del Río, socio número 2 del Deportivo, galardonado con la insignia de Oro y Diamantes del RCD y con más de 77 años de fidelidad al Club de sus amores. Llevaba también con orgullo ser socio fundador de la RSD Hípica, Sociedad de donde era el socio número uno.

Esa pasión por su equipo comenzó antes de tener su primer carné de socio. Contaba Fefé que uno de los recuerdos más tiernos que guardaba de su infancia fue el primer ascenso del Deportivo a Primera División logrado en 1940 y del que fue testigo en el antiguo Parque de Riazor – ubicado en donde hoy se levanta hoy el colegio de las Esclavas- donde se jugaban los partidos del Depor hasta la construcción del Estadio Municipal en 1944.

Historia viva del deportivismo, llegó a jugar en las categorías inferiores del Club con Luisito Suárez, el único Balón de Oro nacido en España, con el presidente del Gobierno Adolfo Suárez, Arsenio Iglesias, Botanita, Elícegui, quien posteriormente lo entrenaría, o el ex seleccionador nacional Eduardo Toba.

Fue un referente de las tertulias blanquiazules desde las más antiguas que mantenía en la casa de comidas de la Viuda de Alfredín, en los aledaños del Estadio, hasta las más contemporáneas en la cafetería Galia. Allí se discutía de tácticas, jugadores, entrenadores, se competía en conocimientos sobre la historia del Depor y, como en toda tertulia que se precie, se aportaban soluciones magistrales para mejorar rendimiento del equipo, consejos que como siempre se quedaban flotando en el aire.

Pero Fefé era además de un apasionado deportivista un hombre que no pasaba desapercibido. Como dicen los ingleses, era de ese tipo de personas que llenaban un sillón. Y es verdad que donde estuviera ocupaba espacio con su dicharachera conversación, las historias de su querida ciudad, su carácter socarrón y sus características regañinas que repartía con cariño a diestro y siniestro.

Era habitual verlo tomando el aperitivo por la plaza de san Pablo con su mujer Coqué Poncet, o acompañado por alguno de sus hijos, nietos o sus innumerables amigos repartiendo saludos y sonrisas a sus múltiples amistades. Y por supuesto en Riazor todas las tardes de fútbol donde acudían en masa toda su numerosa familia.

Descanse en paz el bueno de Fefé, parte inseparable de la historia del RCD y de quienes hemos disfrutado de su compañía.

@pgarcia_ramos

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