El 9 de Riazor

Pena penita pena que la grandiosa magia de este andaluz no durase unos añitos más, pudo ser y de hecho lo fue durante dos años de lo mejor del mundo en su puesto. Por último, este es el motivo por el cual hoy me acuerdo de Diego Tristán, a modo de anécdota comentar que desde que Diego Tristán abandono el Deportivo, no se entendía bien con Joaquín Caparros, ningún jugador blanquiazul consiguió la modesta cifra de once goles que el marcó en su última temporada con equipo coruñes.

Posiblemente de lo mejor que vi pasar por el estadio de Riazor, tenia una clase y una elegancia única, era imprevisible, hacia magia y en infinidad de ocasiones nos ponía la piel de gallina, a todos  Si a todo esto le sumamos la plena confianza que le generaban sus cualidades nos encontramos ante un tipo individualista y genial, con una calma y control de balón sorprendente para jugar de espaldas a portería. Tenía un gran y potente chut de izquierda y derecha, daba igual con carrera o sin ella, en esto si se parecía a Bebeto, lo que le permitía ser un gran lanzador de faltas directas o indirectas dentro o fuera del área. Controlaba el balón de forma magistral, con el tacón, con el empeine, con el pecho e incluso con la cabeza con la que marcó goles importantes. Otras de sus grandes cualidades eran la vaselina y las asistencias, fue un lujo ver las sociedades que formo con Víctor, Valerón, Maakay, Djalmiha, y Fran. ¿Que más se le puede pedir a un delantero?

Llego al Dépor en el mejor momento de su historia, tanto para el Real Club Deportivo de La Coruña cómo para el jugador. El Deportivo acababa de ganar la liga con cinco puntos de diferencia sobre el segundo clasificado, el equipo jugaba fantásticamente al fútbol y gracias a los fichajes de jugadores como Capdevila, Molina y Valerón, fuimos uno de los grandes de Europa. ¿Pueden preguntárselo a los equipos del Viejo Continente?  Si a todo sumamos que la plantilla blanquiazul tenia en su plantilla a los mejores jugadores de Europa podrán imaginarse lo que vivimos.

Entre otras cosa vivimos como este crack marcó un gol importantísimo ante el mismísimo Real Madrid, y en el Bernabéu, el día que los blancos cumplían cien años. Gracias a esta gesta conseguimos acuñar el nombre a aquella mítica final que auque pasen los años será recordada de forma especial con el nombre ya de sobra conocido de Centenariazo. Importante fue su actuación para llegar hasta a la semifinal en dela Champions League, donde Mou entrenaba al Oporto y empezó a crecer como entrenador.

Como recuerdo también nos quedamos con un gol suyo en la remontada histórica del Deportivo de La Coruña contra el París Saint Germain, Perdíamos 0-3, el Deportivo sacó garra y acierto y, gracias a su gol y un hat-trick del uruguayo Walter Gerardo Pandiani Urquiza, acabó vencedor, convirtiendo Riazor en una auténtica fiesta comparable a la del histórica noche del 4-0 al Milán.

Pena penita pena que  la grandiosa magia de este andaluz no durase unos añitos más, pudo ser y de hecho lo fue durante dos años de lo mejor del mundo en su puesto. Por último, este es el motivo por el cual hoy me acuerdo de Diego Tristán, a modo de anécdota comentar que desde que Diego Tristán abandono el Deportivo, no se entendía bien con Joaquín Caparros, ningún jugador blanquiazul consiguió la modesta cifra de once goles que el marcó en su última temporada con equipo coruñes.


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