Estoy alineado con los planteamientos que el míster deportivista Víctor Sánchez del Amo está haciendo en lo que a las rotaciones de futbolistas y cambios de sistema se refiere. Lo más importante, es que el entrenador no necesita que yo ni no nadie le demos nuestro visto bueno, pues se puede y debe considerar aval suficiente los resultados positivos conseguidos hasta la fecha. No debemos olvidar que nuestro querido Real Club Deportivo ocupa un puesto de privilegio que muchos de los que tenemos sangre blanquiazul hubiésemos firmado antes de comenzar la temporada. Si a esto le sumamos que en la temporada pasada cumplió con el difícil objetivo que se le encomendó, podemos presumir que hoy en día podemos confiar en Víctor. Los resultados y la clasificación están ahí y Sánchez del Amo se hace fuerte gracias a ello. Posiblemente si fuésemos mal en la tabla diría otra cosa, pero a fecha de hoy creo que tenemos al frente del Depor a un hombre coherente que a demás aplica el  sentido común y la prudencia en cada una de las ocasiones que son susceptibles de esta necesidad.

Si hablamos del movimiento de jugadores considero que es bueno que el grueso de los jugadores que forma la plantilla, se sienta involucrado y participe, y para eso no hay nada mejor que no caer en el olvido y tener más o menos minutos sobre el terreno de juego. Sentirte útil es fundamental para motivarse y evolucionar. La inactividad devalúa al jugador y no aporta nada al conjunto. Apostar por un equipo titular, posiblemente lo que algunos desean, podría suponer una comodidad y estabilidad inicial. ¡Pero! ¿Cuánto duraría esto? A la larga este once acabaría jugando muchos más minutos que el resto y el resto no estaría a ritmo de competición cuando se les necesitase. Dosificar y gestionar la plantilla no es misión fácil pero la igualdad existente lo hace posible. Sería muy difícil dejar a un  Valeron, Makaay o Djalminha en el banquillo, pero tampoco debemos olvidar que eso también pasó en su momento. ¿Qué será del futbolista el día que no juegue? Si a todo esto añadimos que hubo lesiones, adaptaciones, sanciones internas y convocatorias internacionales convendremos que se hacía cuasi necesario hacer circular jugadores y ubicaciones.

Defender el cambio de sistema según la situación o momento es tarea es fácil, pues no se juegan todos los partidos contra el mismo rival y planteamiento, por lo que el juego dependiendo de los efectivos disponibles debe variar.

Creo que debemos dejar trabajar a un hombre que nos hizo grandes desde el campo y que desde el banquillo quiere repetir la historia. No dudar, confiar como lo hicimos en un pasado, eso es lo que nos hizo grandes.

Otro tema en el que muchos estamos interesados e incluso impacientados es que se esclarezcan los hechos aclarecidos en la ribera del río Manzanares hace más o menos un año antes de un Atlético de Madrid – Deportivo.

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