En la jornada de hoy domingo, ante el Extremadura, los deportivistas debemos tener un único objetivo. Ganar el partido y sumar los tres puntos, son la misión a la cual nos hemos encomendados. Hoy vivimos una jornada donde los nombres no son importantes, el protagonismo principal corresponde al deportivismo. Da igual quien sea el entrenador, los futbolistas, los titulares o los técnicos, hoy más que nunca la parroquia blanquiazul debe estar más unida que nunca.

Lo cierto, es que el partido que disputamos ante el equipo que dirige el exdeportivista Manuel no nos lo va a poner fácil, pero tampoco debe ponerlo muy difícil, pues lo hecho hasta ahora en esta liga no da para ello. Al míster extremeño le deseamos mucho éxito a partir de la fecha de hoy, pero no en el partido de Riazor donde vamos a defender con unas y dientes los intereses de nuestro querido Real Club Deportivo de La Coruña.

Necesitamos ganar, como el agua de mayo. No podemos fallar, es más, yo diría que no se puede pensar ni de broma en fallar. Hoy es de esos días, en los que no puede, ni debe, haber fisuras en el seno de la familia blanquiazul. Todos somo uno, y eso es lo que nos ayudara a conseguir ganar un partido después de tantas jornadas sin hacerlo.

La historia nos dice que Riazor se hizo grande en jornadas de sufrimiento, y los que llevamos toda la vida con el Depor sabemos que volver a sufrir es la antesala de volver a disfrutar. Volver la vista al pasado es necesario, porque la mayor parte de las veces la historia se repite.

Los profesionales de la primera plantilla hoy deben ejercer el sano ejercicio de la responsabilidad del trabajo, sacrificio y compromiso para sacar adelante un encuentro que algunos como yo consideramos crucial. El míster, recién llegado, y su equipo de colaboradores deben inyectar una dosis de confianza y tranquilidad a todos y cada uno de los futbolistas. Hoy tienen un papel importante titulares, suplentes y o convocados. Todos, toditos, tienen algo que aportar.

La afición, como en muchas otras ocasiones, va a jugar un papel fundamental en el cometido de conseguir la victoria. Desde el primer instante debe dar tranquilidad a los jugadores que visten la camiseta blanquiazul, poner confianza en nuestros profesionales y animar sin desmayo.

Animar y creer son dos de las bazas necesarias para ganar, y ahí es donde no debemos fallar. El deportivismo tiene que estar tranquilo, tenemos unos futbolistas que quieren demostrar su experiencia, valía y profesionalidad. Durante la jornada de hoy y hasta el pitido final de partido todos debemos seguir la hoja de ruta, una vez señalado el camino de los vestuarios, cada cual dentro de un orden que exteriorice y se desahogue como corresponde al manual de buenas prácticas de la educación. ¡Forza Depor! y como cada vez que juega nuestro Deportivo un ¡Forza Fefé! En memoria de un gran deportivista como es mi padre.

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