Artículo by Fede G. Poncet en DXT Campeón el domingo 27 de octubre de 2013.

El partido jugado ayer entre el Club Deportivo Tenerife y el Real Club Deportivo de La Coruña me trajo a la mente, la desgraciada promoción jugada en Riazor ante los isleños en junio del año 90. Aquel definitivo partido disputado con un estadio repleto de público nos privo del ascenso tras el gol de Eduardo Ramos a pase del Chapi Ferrer. En aquel momento lideraba a los isleños el futbolista panameño Rommel Fernández, y en ese mes de junio y tras varios descalabros de los años ochenta se acentuó  la creencia en la afición deportivista de que existían meigas.

Como anécdota decir que en aquel partido el malagueño Manolo Hierro hizo el calentamiento con una sudadera diferente a la del resto de sus compañeros para provocar al público de Riazor. Había que jugar todas las bazas posibles para desconcertar a los coruñeses y caldear el ambiente. Stoyanov jugó ese partido con una prótesis en la nariz por un codazo suyo en partido de ida y unos meses antes su hermano Fernando había presentado su tarjeta de visita en Riazor a Fran González Pérez y compañía en la semifinal de copa del Rey, en la que el árbitro Emilio Soriano Aladrén tanto perjudico los intereses deportivitas.

En la nomina del equipo tinerfeño recordamos también nombres de buenos futbolistas como Ezequiel Castillo, Dertycia y los internacionales Felipe, Pizzi, Chano, Quique Estebaranz o Aguilera.

Otro desagradable episodio sufrido con este equipo, nada simpático, por cierto, para la parroquia deportivista. Fue en la temporada 1992-93 y cuando el Súper Dépor daba sus primeros pasos sorprendiendo a toda España (y a media Europa, por qué no decirlo también). El escenario era el estadio Heliodoro Rodríguez. El Deportivo empezó el partido estupendamente adelantándose en el marcador. Todo iba bien hasta que un tal Fernando Redondo, se encargó él solito de que pintaran bastos, y nunca mejor dicho. Después de una actitud racista y provocadora del argentino con los jugadores brasileños blanquiazules, Bebetiño no aguantó la humillación y le hizo una entrada que supuso una tarjeta roja rigurosa. Unos minutos después fue el serbio Djukic al que le tocó irse para la caseta. De nada valió que el gladiador Mauro Silva aguantara estoicamente los insultos y que intentara parar la avalancha chicharrera que se gestaba en el medio del campo. El número cinco sólo necesitó de acompañamiento la presión del público y la complacencia del árbitro. El Deportivo era la víctima en el reparto de papeles. El saldo final fue un 3-1 en contra después de una hora con nueve jugadores.

Al final del partido cuando a Redondo le preguntaron por las incidencias, soltó aquel llamado “código” de que “lo que pasa en el campo muere en el campo”. Tristemente, el fin justificaba, una vez más, a los medios.

Como no todos podían ser malos recuerdos, me viene a la mente la llegada a La Coruña de dos grandes jugadores procedentes de la isla, el holandés Roy Makaay y el yugoslavo Jokanovic ambos campeones de liga con el Dépor. Por cierto, que bonito fue aquello. Al año siguiente el Dépor también se hizo con los servicios de Emerson, un fornido mediocentro, no exento de técnica, que aportó experiencia y consistencia al equipo.

Curioso es el caso de dos jugadores que siguieron la misma ruta para venir aquí, pero con 20 años de diferencia. Tenerife – Sevilla – La Coruña fue el camino que siguieron Ramis y Cantudo. De este último, menos conocido para los más jóvenes, hay que destacar que en su día fue el fichaje más caro de la historia del Sevilla, 12 millones de pesetas de la época pagó el club del Nervión al Tenerife. Vino a La Coruña de la mano de Juanito Arza, entrenador del Deportivo en aquel entonces y al que ya conocía de su etapa sevillista. Años atrás, su descubridor en el Tenerife había sido un histórico deportivista que trabajaba en el club isleño: Dagoberto Moll. Cantudo tuvo también en el Deportivo como entrenador al único balón de oro español, Luis Suárez y fue testigo del nacimiento de un gran portero como Paco Buyo. Amén de haber compartido vestuario con ilustres deportivistas como Alfonso Castro, Pancho García, Piris, Gallego, Pardo, etc

Previous post Encomiable y ejemplar labor benéfico-social del Club de Leones de Oleiros (La Coruña)
Next post Gran celebración familiar del 90º cumpleaños de mi querida tía materna Tonecha Pan Mosquera

Deja una respuesta