Así titula Dolores Vega Rodríguez la exposición que está celebrando en la Asociación de Artistas de La Coruña. En esta ocasión la pintora navega por el proceloso mar de la creación artística utilizando la técnica del pastel, lo hace con verdadera maestría, demostrando con ello las grandes posibilidades que el manejo de la misma ofrece. Juega la creadora entre la imaginación y la realidad, con escenas, en las que el color y el estereotipado dibujo caminan al alimón creando una obra de expresividad de alta gama, marcada por una profunda imaginación. Juega con la definición del mensaje, que parte a la vez, de la demarcación que tiene como base, un alto nivel cromático, que conjuga a la perfección de saber colocar la certera disposición de los primeros planos. Significación de toda la trama estética del Arte, con lo que demuestra tener una plenitud imaginativa. Estamos ante una obra, que hay, y se tiene la obligación de decirlo una desnudez escueta y limpia, que alcanza una gran pureza, dado que aúna belleza y color. Así, Dolores, nos sorprende dándonos a visualizar una nueva forma de expresión e inquietud investigadora, que va más allá, de sí misma y, nos transmite la armonía de la paz interior, puesto que no nos obliga, ni trata de fascinarnos, tampoco dogmatiza, pero sí nos da y se da libertad de acción y de entendimiento. No podemos olvidar ni arrinconar, que en cada una de sus obras, nos transmite el equilibrio de la belleza pictórica, que conmueve nuestro ánimo
Puesto que provoca un efecto que trasciende de la mera contemplación. Este trabajo se puede definir como una extraordinaria fidelidad al color, que nos presenta con total genialidad, tanto por su elegancia, su composición, sobriedad, temática, abierta a todos los gustos, a todas las emociones y a todas las sensaciones. Además, cabe decir, que refleja una temática totalmente intimista, que es el fruto de su propia personalidad, que en el momento preciso, parte de la visión y del reflejo del alma. Expresa serenidad y don, a más de pulcritud. Con ello queremos decir que mima cada una de ellas. Obra fecunda, plena de actividad sensorial, que manda un mensaje de cordialidad y de visión del entorno en que se desarrolla. La técnica del pastel que utiliza no es nada fácil y si muy controvertida, precisamente por eso despierta admiración. Detrás de todo esto existe una enorme ocupación de trabajo, estudio y averiguación. En definitiva, podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que el trabajo pictórico reseñado, nos permite llegar a la conclusión, que es una realidad plasmada de intensidad pasional y gran casta.

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