Pepe Mel ha conseguido alejar al Depor del descenso. No es matemático, pero los resultados están ahí.  Cuando el Consejo de Administración del Real Club Deportivo de La Coruña decidió sustituir a Gaizka Garitano y depositar su confianza en el nuevo míster, el Depor estaba muy, pero que muy mal. No solo en la clasificación, que dicho de paso era horrorosa, me refiero al ambiente de la plantilla, afición y consejo donde casi todos veíamos que íbamos por mal camino. Estábamos perdiendo la confianza e ilusión en un proyecto que los resultados lo daban por agotado. Estoy convencido que si no hubiésemos dado el paso de apostar por el madrileño hoy en día estaríamos hablando de una situación mucho más complicada. Esperemos que los responsables tengan a bien en próximas ocasiones no empecinarse en el “no es no” que tantos dolores de cabeza parece darle a alguno.

Estoy de acuerdo con algunos que el juego del los blanquiazules aun no es el deseado, pero tengamos en cuenta que Mel lleva poco tiempo en La Coruña y el mismo ha reconocido que el Deportivo que él espera aun no ha aparecido por Riazor, aunque deja entrever que en esta caso si se le espera. Es cierto que los resultados pudieron ser mejores, también peores, pero no olvidemos que el camino que llevábamos era muy malo. A ver si le vamos a pedir en tiempo record a Mel que arregle los problemas que todos sus antecesores no han sido capaces de arreglar. Víctor Fernández, Fernando Vázquez, Víctor Sánchez y Gaizka Garitano fracasaron en el intento y por eso no están en el Depor. Debemos armar un proyecto de futuro y confiar en un entrenador que por lo que parece avala su trayectoria. Tampoco olvidemos que la llegada de Pepe nos hizo puntuar en los primeros partidos, que por fin ganábamos fuera de casa, y lo más importante que estamos con un cómodo colchón de puntos que nos permiten afrontar lo que resta de liga desde otra situación. La situación actual debe darnos calma y restar presión que a la vez nos permitirá logar pronto la salvación matemática.

Algunos se piensan que estamos salvados, pero mientras los números no lo sentencien no hay descendidos ni salvados. En grave error caeríamos si pensásemos que los malos resultados de los demás son nuestra salvación, debemos trabajar y luchar partido a partido sin dar por perdido ningún punto. Ahí es donde Pepe Mel y su equipo deben trabajar, no permitiendo relajación, que no es lo mismo que tranquilidad.

Como veréis hoy he salido en defensa de Pepe Mel, pues creo que ha hecho un gran trabajo, y además creo que trae algo nuevo al banquillo de Riazor con la sencilla expresión que reconoce y entona el mea culpa, que es una cosa tan simple como saber reconocer errores y no buscar excusas de mal perdedor cuando las cosas no salen bien. En esto eran expertos Víctor Sánchez del Amo y Gaizka Garitano que según parece ser nunca tenían la culpa de nada y veían que íbanos por el buen camino, confabulaciones y mala suerte por todos los lados. En fin, espero que Pepe Mel y su equipo estén muchos años en Riazor, lo cual, y sin lugar a dudas sería bueno para nuestro querido Club ¡Forza Depor!

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