Phnom Penh (Camboya), 10 de noviembre del 2015

Detenido y muy interesante recorrido por Phnom Penh, capital del Reino de Camboya

Por Roberto L. Moskowich

 

El martes 10 de noviembre, décimo quinto día de mi soberbio periplo asiático, lo dediqué íntegramente a realizar un muy completo e interesantísimo recorrido por la ciudad de Phnom Penh, que es la capital del Reino de Camboya.

Sobre las 7,30 horas llegaron al “Hotel Harmony” mi guía, Phaly Hem, y mi chófer exclusivos. Una vez finalizado el desayuno y recogidos mis pertrechos viajeros, sin más demora subimos al coche con el que nos desplazaríamos de un lugar a otro para visitar los lugares más emblemáticos y famosos de la primera urbe camboyana.

Una ciudad bastante caótica 

Phnom Penh (Monte de Penh) es la capital de Camboya desde el año 1373, al dejar de serlo Angkor. Se encuentra entre los ríos Tonlé Sap, que da nombre al gran lago que visité ayer, y el Mekong, por el que realicé la pasada noche un soberbio crucero, río del que les hablé ya en mis crónicas anteriores sobre Vietnam y Camboya.

La ciudad es bastante caótica, pero muy atractiva. Cuenta con dos puentes de acceso sobre el Río Tonlé Sap. El situado al Norte es el Puente de los Japoneses (Chruoy Changuar) y el del Sur es el Puente de los Vietnamitas (Monivong).

Sus edificios y lugares de interés, entre los que debo citar muy bellas construcciones francesas, están en las inmediaciones del Río Tonlé Sap. La ciudad nació alrededor de la Pagoda de la Colina de Wat Phnom, que según la leyenda fue construida por una mujer, llamada Penh, que había encontrado allí unas estatuas de Buda después de una de las grandes crecidas el Río Mekong. Y de no ser cierto, merecería serlo,,,,

Museo Nacional 

Aunque nuestra intención era iniciar el recorrido visitando el Palacio Real, debido a una recepción oficial tuvimos que posponer para la tarde nuestra incursión por las amplias dependencias reales.

Museo Nacional

Nuestra primera parada fue en el Museo Nacional, un bello edificio de color rojo de la época de los franceses. Abrió sus puertas en 1920, y atesora gran cantidad de antigüedades de la civilización Khmer. Este museo arqueológico alberga nada menos que 5.000 piezas, del Siglo VI hasta el XIII, con una sala dedicada a cada centuria.

Es un verdadero deleite contemplar auténticas joyas arqueológicas de bronce, piedra, piedra caliza (Pre Angkor), la Galería Angkoriana (Siglos IX al XIII) y la última sala (Post Angkor) en la que abundan las tallas y objetos de madera.

Por cierto que a la salida del edificio me hice una foto con la figura de Ghanesa, hijo adoptivo de Shiva, destructor del mundo. Y un último apunte: al ponerse el sol copan los techos del museo cientos de murciélagos, que tienen allí su “vivienda”.

Pagoda Wat Phnom

Del Museo Nacional nos trasladamos a la Pagoda Wat Phnom, a la ya que me referí al comentar el origen de la ciudad. Está en pleno centro urbano, en la cima de una colina de 27 metros de altura, data del año 1373, y es el punto natural más alto de la capital. Llegué  allí tras atravesar a pie el popular Barrio de los Franceses, y contemplar los bellos edificios de Correos, Policía, y Electricidad de Camboya, entre otros.

La pagoda cuenta con dos templos: uno chino y otro camboyano, muy frecuentados ambos y luciendo numerosas ofrendas de los creyentes, En el primero tuve la oportunidad de escuchar un mini concierto de un grupo típico, y justo al lado se encuentra un pequeño templo, construido en 1968, que guarda la muy venerada imagen de la Señora Penh, la creadora de la Pagoda de la Colina en el referido año 1373.

Mercado Central

El imponente y bello Mercado Central es el más representativo de los de Phnom Penh. Fue construido por los franceses en el año 1937 y cuenta con una enorme y luminosa cúpula central, de la que parten cuatro largas galerías, orientadas hacia los puntos cardinales, que semejan los cuatro brazos del Río Mekong.

El imponente y bello Mercado Central es el más representativo de los de Phnom Penh

El amplio recinto alberga todo tipo de negocios, sobresaliendo las joyerías, sedas, artesanía, tallas de madera, objetos típicos, etc. Es de resaltar la limpieza, el orden y la amplitud de este gran espacio, muy frecuentado por los viajeros y turistas que nos mezclamos con las gentes del país, así como la calidad de las tiendas que ocupan el enorme círculo central y las cuatro galerías mencionadas. Allí cerca se encuentra el edificio del Banco de Canadia, que es el más alto de Camboya y aún está sin terminar.

Mercado Ruso

El popular Mercado Ruso es como la antítesis del Mercado Central. Se trata de un mercado de carácter local, construido en el año 1970, que se encuentra a unos 5 kilómetros del centro de la ciudad y es como un conjunto de grandes naves comerciales sin demasiadas pretensiones.

Su interior es bastante caótico, y no resulta tarea fácil transitar por sus abigarrados pasillos. Otro de los problemas de este gran mercado es el tremendo calor que reina en su interior, debido a que el techo es de planchas de zinc.

En el Mercado Ruso encontramos “de todo”, aunque hay que decir que existe cierto orden en los espacios dedicados a los diferentes productos y objetos ofertados. En el centro de los puestos de alimentación se ubica el famoso “Mr. Bounnareth”, con su exquisito café con hielo, los puestos de fideos fritos, y también los de los rollitos cubiertos de hoja de lechuga conteniendo mariscos, carme y tortilla.

Restaurante “Titanic” 

Finalizado el recorrido por el Mercado Ruso, nos fuimos a comer al exclusivo Restaurante Titanic. Está magníficamente decorado y ocupa una muy espaciosa terraza, situada al borde mismo del Río Mekong, muy cerca del embarcadero en el que ayer noche subí al barco en el que realicé un inolvidable crucero nocturno.

Me habían reservado una mesa individual, estratégicamente situada, muy cerca del escenario y con una vista total del Río Mekong. Justo enfrente, al otro lado del amplio cauce, hay una gran Mezquita de los Chama, una etnia de culto musulmán.

La comida fue realmente pantagruélica: 6 platos típicos diferentes, además del siempre presente arroz, salsas variadas, y…..¡pan!. Y como las largas caminatas de la mañana habían despertado mi apetito, y la comida estaba exquisita, disfruté de lo lindo con las viandas, a la vez que me deleité con la música de un grupo local y las bellas evoluciones de varias jóvenes bailarinas camboyanas. Tal cual.

Monumento a la Independencia 

Una vez finalizada tan excelente comida, nos desplazamos hasta el Monumento a la Independencia, una edificación que fue construida en el año 1959 cuando los franceses abandonaron por fin Camboya.

Monumento a la Independencia

Por cierto que todavía estaban al pie del monumento las numerosas coronas de flores que habían sido depositadas ayer, con motivo de haber celebrado allí, con gran fausto, el Día de la Independencia.

Y justo enfrente de donde está obtenida la fotografía del monumento que ilustra esta referencia viajera se encuentra la residencia oficial del Primer Ministro.

Palacio Real 

Al Palacio Real  llegué bordeando el río por una avenida llena de restaurantes (muchos occidentales), galerías y tiendas, y en la acera que da al cauce fluvial las banderas de numeroso países (entre ellas la de España) y el Teatro Nacional de Camboya.

Palacio Real

El Palacio Real data del Siglo XV, aunque fue restaurado en el año 1866. De su amplio e interesantísimo complejo son de destacar el Pabellón de Napoleón III, del año 1877; el Salón del Trono , con los colores amarillo (budismo) y blanco (hinduismo), su enorme y adornado techo de colores con textos del Ramayana, estancia que solamente se utiliza para la coronación del Rey; el edificio del Restaurante Real; la bella construcción que aloja el Salón de Baile; el anexo en el que llama la atención la muestra de la ropa que utilizan los empleados del Palacio, con un color diferente para cada día de la semana; el dorado palanquín utilizado en la coronación del Rey; la reproducción a tamaño natural del elefante real; y las grandes traineras del Festival del Agua, que por cierto se celebrará el 24 de este mes.

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Pagoda de Plata y Biblioteca 

Dentro del recinto del Palacio Real se encuentra esta pagoda, construida inicialmente de madera por el Rey Noradom en 1892 y restaurada en 1962. Su piso está formado por 5.000 baldosas de 1 kilo de plata cada una.

Pagoda de Plata y Biblioteca

Se accede por una escalinata de mármol blanco italiano, y fue una de las pocas cosas preservadas por los jemeres rojos. En su interior destacan, entre otros muchos tesoros y bellezas, el Buda Esmeralda y el Buda de Oro. Este último pesa 90 kilos, es de oro, tiene 2.086 diamantes y el más grande, engastado en la corona, es de 25 quilates. ¡Casi nada, vamos!….

Al lado de la pagoda está la Biblioteca, de la misma época, en cuyo interior hay un gran toro sagrado de bronce y una soberbia colección de papiros, en sánscrito.

Después de más de 8 horas de visitas, salí del recinto real por la Puerta de los Elefantes, y me fui al hotel. La satisfacción de lo visto y fotografiado superó el cansancio y el continuo sudor de las altas temperaturas.

Tras una reparadora ducha, ordenar mis notas y cenar en el hotel, me acosté, pues tenía que levantarme a las 3 y media de la mañana, ya que a las 4 marcharía para el aeropuerto con el fin de volar a Yangón, que es la capital de Birmania.

¡Buenas noches, Camboya!.                                        (Fotos: Lajos Spiegel)

 

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